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"La fuerza se expresa de forma inherente en todas las acciones del juego. Por lo tanto, siempre la tendremos en cuenta en mayor o menor medida"

¿Que es la fuerza?

La fuerza es la cualidad física básica a partir de la cual pueden expresarse las demás (Tous, 2007), y se manifiesta de forma activa, generando tensión por contracción muscular voluntaria (Manso y cols, 1996).

Es la máxima expresión física gracias a la que un jugador consigue moverse en el espacio-tiempo, y le permite mantener un óptimo nivel de rendimiento para ejecutar las acciones específicas que requiere el juego, atendiendo a la complejidad de los movimientos que realiza.

"Cada deporte tiene unos requerimientos específicos de fuerza que se repiten con insistencia en el juego de forma constante y compleja".

Quizás pueda considerarse la capacidad física más determinante en el fútbol moderno, ya que la tendencia actual ha pasado de un entrenamiento basado en lo bioenergético hacia otro centrado en lo neuromuscular (M. Acero, 2003). Además ha aumentado la intensidad y la velocidad en el juego, adquiriendo una especial relevancia el desarrollo de la fuerza en los futbolistas (Gréhaigne, 2001). Hablamos de la cantidad de fuerza óptima, para que el jugador mejore su rendimiento realizando los movimientos de forma más eficiente.

La fuerza específica en el fútbol

Hace referencia a la cantidad de fuerza generada por un futbolista durante una acción específica, que será modificable en función de las variables que aparecen en un contexto caótico como es el fútbol. Es fundamental una buena coordinación intramuscular (reclutando fibras dentro de un mismo músculo) e intermuscular (varios músculos actuando de manera conjunta y sincronizada). Este proceso dependerá de los patrones adquiridos durante el aprendizaje técnico, además, sabemos que una mayor rapidez en la aplicación de la fuerza puede llevar a una mayor potencia, lo que se traduce en una velocidad más alta de ejecución de un gesto deportivo (González-Badillo y Gorostiaga 1995).

La fuerza y la potencia son determinantes en el éxito de acciones de juego como las entradas, los desplazamientos, los saltos y los golpeos (Rahnama y cols 2003). Los entrenamientos denominados técnico-tácticos contienen realmente cargas específicas de trabajo de fuerza (Tous, 2007). Por tanto habrá que tener en cuenta los espacios de juego y la interacción entre los jugadores dentro del mismo para entender y planificar las cargas en función de las necesidades individuales y colectivas.

La fuerza y la potencia son determinantes en el éxito de acciones de juego como las entradas, los desplazamientos, los saltos y los golpeos (Rahnama y cols 2003). Los entrenamientos denominados técnico-tácticos contienen realmente cargas específicas de trabajo de fuerza (Tous, 2007). Por tanto habrá que tener en cuenta los espacios de juego y la interacción entre los jugadores dentro del mismo para entender y planificar las cargas en función de las necesidades individuales y colectivas.

Tipos de fuerza específica en el fútbol

Fuerzas de desplazamiento y cambio de dirección

La naturaleza del juego exige al futbolista realizar desplazamientos durante la mayor parte del tiempo, pudiendo ser largos, cortos y explosivos, ejecutando cambios de dirección, aceleraciones y desaceleraciones. Combinando los desplazamientos con las acciones específicas del juego, que pueden estar  directamente influenciadas por las prestaciones del jugador.

En la mayoría de los desplazamientos se corre con el centro de gravedad bajo, el tronco del cuerpo más adelantado y una menor elevación de la rodilla. Esta situación más baja del centro de gravedad parece beneficiar la aplicación rápida de fuerzas laterales (Sayers, 2000). Es fundamental anticipar lo que va a ocurrir, tener una buena colocación del cuerpo y producir la cantidad adecuada de fuerza para realizar un desplazamiento eficiente.

La naturaleza del juego exige al futbolista realizar desplazamientos durante la mayor parte del tiempo, pudiendo ser largos, cortos y explosivos, ejecutando cambios de dirección, aceleraciones y desaceleraciones. Combinando los desplazamientos con las acciones específicas del juego, que pueden estar  directamente influenciadas por las prestaciones del jugador.

En la mayoría de los desplazamientos se corre con el centro de gravedad bajo, el tronco del cuerpo más adelantado y una menor elevación de la rodilla. Esta situación más baja del centro de gravedad parece beneficiar la aplicación rápida de fuerzas laterales (Sayers, 2000). Es fundamental anticipar lo que va a ocurrir, tener una buena colocación del cuerpo y producir la cantidad adecuada de fuerza para realizar un desplazamiento eficiente.

Fuerza de golpeo

Durante un partido el jugador realiza en torno a 50 – 70 golpeos de balón de diferente naturaleza y características en función del puesto específico (Ekbloom, 1999), asimismo, un jugador profesional puede realizar en torno a 35.000 golpeos al año entre los entrenamiento y la competición (Luthanen, 1994). Buena parte de los golpeos que realiza un futbolista no requieren de mucha aplicación de fuerza, como los pases cortos y medios, en cambio, los pases largos, despejes y tiros a puerta si necesitan una importante producción de fuerza, siendo fundamental la aplicación de la fuerza exacta.

La velocidad de salida del balón dependerá del nivel físico-técnico del ejecutor, sabemos que el tiempo promedio de contacto entre el pie y el balón es de 12 ms para profesionales y de 16-17 ms para amateur (Tsaousidis y Zatsiorsky, 1996). Los chuts son acciones técnicas que requieren una gran aplicación de fuerza, pero para alcanzar el mayor nivel de precisión, es necesario que la velocidad aplicada sea un 80% de la velocidad máxima (Asami y Nolte, 1983).

Durante un partido el jugador realiza en torno a 50 – 70 golpeos de balón de diferente naturaleza y características en función del puesto específico (Ekbloom, 1999), asimismo, un jugador profesional puede realizar en torno a 35.000 golpeos al año entre los entrenamiento y la competición (Luthanen, 1994). Buena parte de los golpeos que realiza un futbolista no requieren de mucha aplicación de fuerza, como los pases cortos y medios, en cambio, los pases largos, despejes y tiros a puerta si necesitan una importante producción de fuerza, siendo fundamental la aplicación de la fuerza exacta.

La velocidad de salida del balón dependerá del nivel físico-técnico del ejecutor, sabemos que el tiempo promedio de contacto entre el pie y el balón es de 12 ms para profesionales y de 16-17 ms para amateur (Tsaousidis y Zatsiorsky, 1996). Los chuts son acciones técnicas que requieren una gran aplicación de fuerza, pero para alcanzar el mayor nivel de precisión, es necesario que la velocidad aplicada sea un 80% de la velocidad máxima (Asami y Nolte, 1983).

Fuerza de salto

En el fútbol actual hay una mayor frecuencia de saltos debido a un incremento de las disputas en los balones aéreos, en primer lugar por el juego directo y en segundo lugar por el aumento de la importancia que han adquirido las jugadas a balón parado (Gréhaigne, 2001). Casi un 20% de los goles marcados durante la temporada son acciones de estrategia en las que existe un salto previo al gol (Castaño, 2016). Un jugador de fútbol dependiendo de la posición y de la categoría en la que participe, realiza una media de entre 10 y 15 saltos por partido (Casáis y cols, 2003).

Los aterrizajes son las acciones que más impacto generan en el sistema musculo-esquelético. Un simple tiro en suspensión en baloncesto implica una fuerza vertical equivalente a 6 veces el peso corporal (McClay y cols, 1994), nos podemos imaginar un salto en el fútbol con disputa de balón incluida. Para poder evitar las lesiones en el tren inferior es fundamental reducir las fuerzas de aterrizaje (Dufek y Bates, 1991). Caer con la parte delantera disminuye el impacto un 50%, en comparación con caer primero con la parte trasera (Gross y Nelson, 1988), asimismo, amortiguar la caída flexionando las rodillas, previene lesiones y predispone al cuerpo para realizar la siguiente acción con mayor eficacia.

En el fútbol actual hay una mayor frecuencia de saltos debido a un incremento de las disputas en los balones aéreos, en primer lugar por el juego directo y en segundo lugar por el aumento de la importancia que han adquirido las jugadas a balón parado (Gréhaigne, 2001). Casi un 20% de los goles marcados durante la temporada son acciones de estrategia en las que existe un salto previo al gol (Castaño, 2016). Un jugador de fútbol dependiendo de la posición y de la categoría en la que participe, realiza una media de entre 10 y 15 saltos por partido (Casáis y cols, 2003).

Los aterrizajes son las acciones que más impacto generan en el sistema musculo-esquelético. Un simple tiro en suspensión en baloncesto implica una fuerza vertical equivalente a 6 veces el peso corporal (McClay y cols, 1994), nos podemos imaginar un salto en el fútbol con disputa de balón incluida. Para poder evitar las lesiones en el tren inferior es fundamental reducir las fuerzas de aterrizaje (Dufek y Bates, 1991). Caer con la parte delantera disminuye el impacto un 50%, en comparación con caer primero con la parte trasera (Gross y Nelson, 1988), asimismo, amortiguar la caída flexionando las rodillas, previene lesiones y predispone al cuerpo para realizar la siguiente acción con mayor eficacia.

Fuerza de lucha

Son acciones en las que al menos dos jugadores se disputan la posición con su cuerpo, o interponiendo partes de él. Esta lucha puede ser para proteger el balón, realizar y soportar cargas o entradas, disputar un balón dividido o mantener una posición beneficiosa para la siguiente acción.

El creciente desarrollo del juego en espacios reducidos, así como la intensificación del ritmo, han generado una mayor frecuencia de interacción corporal entre los jugadores (Gréhaigne, 2001). Incluyendo las disputas a balón parado, suponiendo estas, un elevado porcentaje de los goles conseguidos (32,5%) (Castaño, 2016).

Son acciones en las que al menos dos jugadores se disputan la posición con su cuerpo, o interponiendo partes de él. Esta lucha puede ser para proteger el balón, realizar y soportar cargas o entradas, disputar un balón dividido o mantener una posición beneficiosa para la siguiente acción.

El creciente desarrollo del juego en espacios reducidos, así como la intensificación del ritmo, han generado una mayor frecuencia de interacción corporal entre los jugadores (Gréhaigne, 2001). Incluyendo las disputas a balón parado, suponiendo estas, un elevado porcentaje de los goles conseguidos (32,5%) (Castaño, 2016).

¿Cuál es la importancia de la fuerza en el fútbol?

La fuerza en el fútbol es igual de importante que la coordinación, la técnica, la táctica, la socioafectividad, la motivación o la creatividad, porque como dice el Profesor Seirul-lo, “el deportista es una estructura hipercompleja que se configura por la interacción de todo”, todo es necesario y todo es igual de importante, aunque sabemos que una buena planificación de la fuerza específica va a optimizar el rendimiento de nuestro deportista, disminuyendo el riego de lesión y alargando su vida deportiva.

Bibliografía:

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